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miércoles, 29 de mayo de 2013

EL TERREMOTO DE 1970



Dedicado a los testigos del 31 de Mayo de 1970 en Ancash y el Perú.

Escribe: Rogger Alzamora Quijano


Hace cuarenta y tres años, una tarde de mayo, el cielo se volvió tierra.
Hace cuarenta y tres años, la tarde del 31 de mayo, el dolor atropelló la hermosa tarde soleada.
Hace cuarenta y tres años, el 31 de mayo, poco después de las 3 y 20 de la tarde, por alguna razón –o ninguna- la tierra se enfureció con Ancash. Nadie podía entender cómo los paisajes más bellos del planeta se iban convirtiendo en un amasijo de sangre, tierra, agua, llanto, caos, destrucción y muerte.

Los horrendos espasmos duraron 45 segundos. Puede parecer poco tiempo, pero en 45 segundos cien mil vidas se apagaron, otro medio millón se quedó sin techo. Cientos de miles de sobrevivientes fueron confinados para siempre entre la ausencia y la soledad. Todo un país y parte del mundo se unieron al lamento.

Alguien movió la tierra con furia. Alguien le arrancó un brazo al macizo Huascarán y provocó que su torrente bajara incontenible, rugiendo terrorífico y sepultando la bella y noble Yungay, la ciudad de las cuatro palmeras.

Tras días enteros de hambre e incertidumbre, el cielo de polvo fue recobrando su azul intenso. Los rostros fueron recobrando la ilusión, se multiplicaron los planes. Nuevas casas, calles, plazas, mercados emergieron de los escombros. Las esperanzas fracturadas eran reparadas con ayuda de gentes venidas de ultramar. Aunque hablaban lenguas indescifrables, tenían la llave maestra para abrir los corazones: el amor. Hubieron también algunos oportunistas que no dudaron en comerciar con el dolor humano yo apropiarse de donaciones y dineros destinados a la reconstrucción.

Hace cuarenta y tres años algunos quedamos en pie, testigos del dolor, el coraje y el inexcusable crimen.




(Fragmento) Derechos Reservados 2010 de Rogger Alzamora Quijano

2 comentarios:

  1. Es un poema tu homenaje. Hermoso y sin la exagerada carga de drama como he leído en similares testimonios. Se dice que si un buen texto es además breve, dos veces bueno. En este caso se aplica con justicia esa premisa. Mi admiración y respeto.

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  2. Me gustaría identificarme. He leído muchos de tus poemas, notas y crónicas. Voy a releer como debe hacerse con la poesía sería. Y cuando logre hacer mi registro de cuenta en Google firmare mis comentarios. Esta vez no quise dejar de decirte que me han impactado.

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