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sábado, 20 de octubre de 2012

STEVE JOBS - LA SIMPLICIDAD ES LA MÁXIMA SOFISTICACIÓN




Algunas anotaciones sobre el libro: “Steve Jobs”, de Walter Isaacson.

“Este es un libro sobre la accidentada vida y la abrasadora e intensa personalidad de un creativo emprendedor cuya pasión por la perfección y feroz determinación revolucionaron seis industrias diferentes: los ordenadores personales, las películas de animación, la música, la telefonía, las tabletas electrónicas y la edición digital (…) Este es también, espero, un libro sobre la innovación.” (Pág. 19).

“No ha sido (Steve Jobs) un modelo, ni como jefe ni como ser humano, perfectamente empaquetado para que lo imitaran después. Movido por sus demonios, podía empujar a quienes lo rodeaban a un estado de furia y desesperación. Sin embargo, su personalidad, sus pasiones y sus productos estaban todos interconectados, como lo estaban el hardware y el software de Aplle, igual que si fueran parte de un único sistema integrado. Por tanto, su historia, a la vez instructiva y aleccionadora, está llena de enseñanzas sobre la innovación, los rasgos de la personalidad, el liderazgo y los valores”. (Pág. 20).
“Abandonado. Elegido. Especial. Estos conceptos pasaron a formar parte de la identidad de Jobs y de la forma en que se veía a sí mismo”. (Pág, 25).
“No es sorprendente, pues, que lo mandaran expulsado a casa dos o tres veces antes de acabar el tercer curso. Para entonces, no obstante, su padre había comenzado a tratarlo como a un chico especial, y con su estilo tranquilo pero firme dejó claro que esperaba que el colegio hiciera lo mismo. “Verán, no es culpa suya –le defendió Paul Jobs ante los profesores, según relató su hijo-. Si no pueden mantener su interés, la culpa es de ustedes”. (…) Y añadió (Steve Jobs)que sus padres “sabían que la culpa era del colegio por tratar de hacer que memorizara datos estúpidos en lugar de estimularme”. (Pág.35).
“Jobs se aburrió rápidamente de la universidad. Le gustaba estar en Reed, pero no solo asistir a las clases obligatorias. (…) Jobs se negó a asistir a las materias en que estaba matriculado, y en vez de eso se presentó a las que él quería (…) “Entonces decidí dejar los estudios y confiar en que todo acabara saliendo bien”. (Pág. 68).
“El pensamiento racional occidental no es una característica innata del ser humano; es un elemento aprendido y el gran logro de nuestra civilización. En las aldeas indias nunca han aprendido esta técnica. Les enseñaron otras cosas, que en algunos sentidos son igual de valiosas, pero no en otros. Ese es el poder de la intuición y de la sabiduría basada en la experiencia.
Al regresar tras siete meses por los pueblos de la India, pude darme cuenta de la locura que invade al mundo occidental y de cómo nos centramos en desarrollar un pensamiento racional. Si te limitas a sentarte y observar el mundo, verás lo inquieta que está tu mente. Si tratas de calmarla, sólo conseguirás empeorar las cosas, pero si le dejas tiempo se va apaciguando, y cuando lo hace deja espacio para escuchar cosas más sutiles. Entonces tu intuición comienza a florecer y empiezas a ver las cosas con mayor claridad y a vivir más en el presente. Tu mente deja de correr tan rápido y puedes ver una tremenda dilatación del momento presente. Puedes ver mucho más de lo que podías ver antes. Es una disciplina. Hace falta practicarla.
El pensamiento zen ha sido una influencia muy profunda en mi vida desde entonces. Hubo un momento en que me planteé viajar a Japón para tratar de ingresar en el monasterio de Eihei-ji, pero mi consejero espiritual me rogó que me quedara. Afirmaba que no había allí nada que no hubiera aquí, y tenía razón. Aprendí la verdad del zen que afirma que quien está dispuesto a viajar por todo el mundo para encontrar un maestro, verá cómo aparece uno en la puerta de al lado”. (Steve Jobs, pág. 79).
“Entones Wayne se echó atrás. (...) Así, once días más tarde regresó a la oficina de la administración del condado de Santa Clara con una “declaración de retiro” y una enmienda al acuerdo de la sociedad. “En virtud de unas reevaluación de los términos acordados por y entre todas las partes –comenzaba-, Wayne dejará por la presente declaración de participar en calidad de “Socio”. El escrito señalaba que, en pago por su 10% de la compañía, recibiría 800 dólares, y poco después otros 1500.
Si se hubiera quedado y mantenido su participación del 10%, a finales del año 2010 habría contado con una cantidad de aproximadamente 2,600 millones de dólares. En lugar de ello, en ese momento (2010) vivía solo en una pequeña casa de la población de Parhump, en Nevada, donde jugaba a las máquinas tragaperras (tragamonedas) y vivía gracias a los cheques de la seguridad social”. (Págs. 98, 99).

"Este es un homenaje a los locos. A los inadaptados. A los rebeldes. A los alborotadores. A las fichas redondas en los huecos cuadrados. A los que ven las cosas de forma diferente. A ellos no les gustan las reglas, y no sienten ningún respeto por el statu quo. Puedes citarlos, discrepar de ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Casi lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Son los que hacen avanzar al género humano. Y aunque algunos los vean como a locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas que están suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo... son quienes lo cambian".



Extraído del libro: “Steve Jobs, la biografía”. Walter Isaacson. Editorial Random House Mondadori, 2011. 735 páginas.