La cama donde sucumbí con mi triunfo a cuestas,
donde me embriagué con tus sabores,
donde pulsé la oscuridad y tu ombligo,
donde llegué exhausto entre las sombras,
donde inventé la mirada que te seduce,
donde soñé que soñaba tus sueños,
donde te prometí lo que no iba a cumplir,
donde te amé sin medir ni esperar,
donde abrigué tu cuerpo cristalino,
donde me apoqué ante tu ofrenda,
donde me asaltó el miedo de un futuro sin ti,
donde lloramos sin saber por qué (o sabiéndolo),
donde un solo abrazo nos calentó las esperanzas,
donde el reloj se cansó de retornar,
ya no es mi cama.
De: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2010 de Rogger Alzamora Quijano