AVISO IMPORTANTE


Los textos registrados y/o firmados por el autor del blog son de su propiedad. Está prohibido copiar, reproducir y/o usar comercialmente los mismos sin el permiso expreso y por escrito del autor. Cualquier uso no autorizado conlleva delito de apropiación ilegal de la propiedad intelectual. Las citas de otros autores están consignadas en los créditos.

En este sitio se usan cookies. De acuerdo a las leyes europeas, al entrar en este sitio usted acepta el uso de cookies.
This website uses cookies to ensure you get the best experience on our website.

sábado, 11 de diciembre de 2010

AIJA, MI TIERRA LINDA



Aija mi tierra linda, voy llegando.
Veo tus montañas de ropas azules.
Mi pequeña patria estoy imaginando
los latidos de tu corazón milenario.

Mi espíritu se anima con el celaje
y tus preciosas casas agolpadas,
manto de oro que imponente baja
hasta la plaza, balcón del paisaje.

Aija, mi tierra linda, color yeso y té,
tus calles regresan en mis sueños
rincones, caminos, crepúsculos morados;
amigos, valses, guitarras y huaynos
día y octava en julio, cada año.

Desde el Huancapetí soberano,
último testigo del sol que cada día
muere perdidamente anaranjado,
te veo Aija mía, que luces como antaño
las más bellas colinas de verde algarabía.

Allí está tu iglesia, que como un baúl guarda
las oraciones a Santiago y Mamá Candelaria,
de los fieles que llevan a tu íntima morada
su gratitud y esperanza, su fe y sus plegarias.

Aija, mi tierra linda, mi fuego encendido,
añoro tu abrazo, abrigo y consuelo.
Hoy tus imanes me traen de nuevo
a saberme feliz, a sentirme querido.



DE: 40 POEMAS Y OTROS TANTOS DESMANES Copyright © 2010 de Rogger Alzamora Quijano

PD.- Gracias, al autor(a) de la bella foto que me he tomado la libertad de colocar, y que está publicada bajo el título de "Atardecer Aijino" en Explora Aija!!

domingo, 5 de diciembre de 2010

DÍA CINCO



El sueño se posa con tu amenaza.
Tu presencia es un castigo que no mitiga mi desdicha.
Percudida por la maldad y oscurecida a pleno sol,
sin azoro llegas esta mañana.
 
Mi desayuno será el pan de tus manos tibias
y beberé caliente tu mirada.
Tibio frío amargo dulzona fragancia
aroma cuerpo terca insistencia.
 
Sexo sepelio mortaja. Pleno éxtasis despedida.


De: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2009 de Rogger Alzamora Quijano

jueves, 7 de octubre de 2010

NO SOY AMIGO DE VARGAS LLOSA



Escribe: Rogger Alzamora Quijano



No estoy en su lista de contactos. Mi nombre, estoy seguro, no le suena conocido. No soy amigo de Mario Vargas Llosa.

He leído todos sus libros, admiro su capacidad para contar historias. Por lo general comulgo con su concepto de libertad. Me encanta su estilo literario. Me puse la vincha en el mitin contra la estatización de la banca. Pero no soy su amigo.

Conversación en la Catedral me llevó de la oscuridad a la literatura. Había leído ya a Flaubert, Victor Hugo y Cervantes, pero Vargas Llosa me pareció un poco de todos ellos en un plato. La Guerra del Fin del Mundo me asombró tanto que todavía estoy colocando las piezas de la historia y la dimensión de la estupidez humana.

Lituma en los Andes, Pantaleón y las Visitadoras, La Casa Verde, La fiesta del chivo y sus demás libros me animaron a buscar mi propio rumbo. Le debo mucho y me debe algunos cientos de soles invertidos en comprar sus libros (de segunda mano). Pero no soy su amigo.

Hoy, todavía de madrugada, escuché en la radio la noticia del galardón más mediático de las letras universales, concedido a Mario Vargas Llosa. Me sentí eufórico. Mi memoria inmediata de Borges y Rulfo me dejan un sabor a injusticia, pero ese es otro tema.

Desde aquella conferencia dictada en el Auditorio del Banco Continental, allá por los ochentas, me distancié de su sonrisa plástica al firmarme un autógrafo, y de su talante aburguesado. Quise contarle que mis alumnos le pusieron su nombre a la promoción y no el de Einstein, pero no tuve tiempo. Garabateó el libro que compré y que me dejó a puro té con pan durante un mes y se dirigió a conversar con un grupo de pitucas que gritaban más allá. Debe ser porque no soy su amigo.

No me conoce, no me tiene entre sus contactos, no le suena mi nombre. No soy su amigo. Hoy siento orgullo de él. No porque sea peruano, sino por sus aportes a la literatura contemporánea y a la noción de libertad. No por su fallida carrera política, sino por su oficio escritor. Y otra vez, no porque es peruano, pero también porque lo es.

Escucho unos cuantos saludos del cartel de intelectuales. Los más, cuentan anécdotas, envían abrazos a Pattycita, Alvarito, Morganita, y Gonzalito. Y cuando venga a Lima lo recibirán con pisco sour. Y un aluvión de llamadas de la primera fila se suben al coche. En la tele, alguien lo abraza por la fuerza. Acá y allá se multiplican los lameculos.

Mario Vargas Llosa Premio Nobel de Literatura 2010, es asediado y deberá vivir en el tumulto por lo que le queda de vida. Como dijo él mismo, respecto de Luis Alberto Sánchez, una cosa es el respetable literato y otra el (desechable) político.



lunes, 20 de septiembre de 2010

DE MI PUEBLO LOS TEJADOS



De mi pueblo
los tejados regresan a mis sueños
lluvia gris angustia
Lágrimas goteras en cielo roto
Final desenlace
barro salpica niebla neblina
Tejas llorosas

De mi pueblo
los tejados piel naranja cielo de julio

Magnífico cariz que combina
Con el verde único de las colinas
Color amor armonía
Una misma fotografía
Con la campana de la escuela

De mi pueblo
los tejados vejados glauco agónico
Algunos sueltos rojo enojo
Y su pedestal río ausente
Exigua cabellera cauce óxido

De mi pueblo los tejados
Nostalgia consuelo



DE: versos conversos Derechos Reservados © Rogger Alzamora Quijano

jueves, 19 de agosto de 2010

EL DESDÉN

Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Perdido durante miles de años en el amarillo opaco de su ceguera, Pedro salió una vez más a recorrer las calles. Recogió el mismo billete de loterías que nadie compraba; una bolsa de golosinas cuyas mieles destiladas rebasaban en exceso las envolturas y, por último, su buen humor de cada mañana. Abrió la puerta, pisó la calle y luego cerró con tres golpes de llave.
No llevaba bastón. Él mismo lograba asombrarse, como los demás, de su perfecto conocimiento de las calles.
Llegó a la esquina. Comprobó el aroma a zumo de naranjas del puesto de Isaac, enclavado junto al poste. Giró a la izquierda, mientras respondía el saludo del buen amigo y esperó que llegara el murmullo de los furtivos lectores del kiosco de periódicos. Llegó hasta el lugar. Oyó las noticias. Ensayó su primera oferta de la lotería, con una sonrisa cincelada. Nadie le hizo caso. Recogió su mano derecha y alargó la otra, con la bolsa de golosinas. Alguien le puso una moneda en la mano y no recogió el caramelo.
Luego de varias horas y cuando ya el frío aparecía por la gran avenida, Pedro se sentó en la larga banca del paradero de buses. Metió la mano en sus bolsillos y calculó: Veinte soles. No está mal, pese a no haber vendido nada.
Una vez más tendría que regresar a casa frustrado, con la agria sensación de haber transitado por el insulto.

DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2008 Rogger Alzamora Quijano

viernes, 30 de julio de 2010

¿QUIÉN ESCRIBIÓ ESTA CARTA?


Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Ella vivió en mi casa. Se la había alquilado a principios de los noventa. Cuatro años después se fue con rumbo desconocido, dejándome encargadas las llaves.
Cuando entré en la casa, dos meses después, encontré todo en aparente orden, excepto el polvo que no perdona el abandono. Mientras limpiaba mis libros, me di con una carta que ella había recibido de su amado. Eso sirvió para explicar la repentina huida.

Para quien se crea con derecho a reclamarla, la carta dice:



Angélica:

Esta tarde, después de haberte visto tan cerca, mi alma encallecida por el tormento me obligó a recordarte de nuevo. Como me temí, los recuerdos no vienen en vano, siempre suelen reclamar algo. En este caso me obligan a escribirte, aunque sólo termine diciéndote lo obvio. En todo caso, podrá también ser un intento por rescatarme del pasado y enfrentarme a mí mismo.
Mi joven amor por ti fue siempre mayor que mi orgullo. Las mil veces que me supe engañado, de antemano ya te había absuelto. Nunca me arrepentí por ello. Nebulizaba mi dolor, a despecho de quienes me ahogaban restregándome tu comportamiento.
Huir fue sólo una parte de tu plan. Lo que no entendiste fue que el amor pesa más que cualquier ambición. Una semana después de que me abandonaras, tomé mis cosas y me fui. Necesitaba otras calles, otro aire, otro sol para olvidar. Necesitaba estar lejos y no ver cómo te despellejaban ante mis ojos. Me fui sin mirar atrás, con la consigna de poner una considerable distancia entre mi pasado y yo. Al mismo tiempo, el hombre a quien hipotecaste mi devoción te daba la espalda apenas sabía de tu debilidad por los escarceos. Todos mis perdones no dieron talla para uno sólo de él, y te arrojó a la calle. La venganza del destino te condenó a un tormento mucho peor que el mío. De todo eso sólo queda la conclusión de que la desdicha se ensañó con ambos. Conmigo porque nunca pude conocer la felicidad, y contigo porque tienes que seguir cargando con tu propio nombre seguramente por mucho tiempo más.
Esta vez yo no tengo por qué perdonarte. Sólo te compadezco con las pocas fuerzas que tengo para hacerlo. Es un camino triste el de la compasión, lo sé. A pesar de eso, te ofrezco mi amor hasta hoy inconcluso. Quizá no sea el mismo de antes, sino uno extraviado en medio de la ensoñación, la nostalgia y la decepción.
Mi amor por ti es mi vida. Entonces, te ofrezco mi vida.

Absolutamente tuyo,

Mauricio

DE: CARTAS APÓCRIFAS (EL JUEGO DE LA VIDA) © 2009 Rogger Alzamora Quijano

martes, 20 de julio de 2010

HECTOR



Escribe: Rogger Alzamora Quijano


-Son dos cosas distintas que parecen lo mismo -decía-.

Ahora lo pienso. Me detengo aquí mismo y lo pienso. La soledad puede ser tierna y sutil, apropiarse de uno, entibiarnos, arroparnos bajo los recuerdos, tras un comienzo desalentador. El abandono, en cambio, es un voraz secuestrador que va matando de a pocos.

-El día que te quedas sin agua, enseguida te acostumbrarás a olvidarla. La noche que te falta almohada, te quedarás también sin sueños. Pasarás desapercibido. No existirás, y a nadie le importará. El abandono es un cuchillo que se hunde en ti cada instante un poco más.

Me contó que en un principio fue como empezar un juego. Se sentía solo, pero debía explicaciones, acarreaba responsabilidades, asumía sus deberes. No era suficiente para lo que buscaba. Entonces fue más allá. Le subyugaron las incalculables opciones que le ofrecía el abandono: la extrema libertad y el desparpajo fueron luces que alumbraron sus noches. Pronto la luz se fue apagando: poco comer, nada dormir, repudio, vergüenza, invectiva. Eso y su propia memoria atragantada, sus culpas recurrentes, verdes vómitos de arrepentimiento.

-Traté de volver, lo juro.

Pero ya su asesino había dictado sentencia. El resto fueron manotazos de ahogado. Cada mirada atrás significó alargar su agonía. En el intento de una tardía redención terminó humillándose. Fue peor. Héctor ya no le importaba a nadie.

Cuando lo vi estaba sereno. Quise abrazarlo –era parte de mi niñez más feliz, mi adoptado primo- pero retrocedió. Con un ademán me pidió que no.

-No me importa, le dije.

Se sentía indigno de un abrazo. No quise insistir para no contrariarlo. Le ofrecí almorzar juntos ahí mismo -espalda del estadio donde se lució con atajadas memorables-, en la vereda.

-Traeré algo para comer.

-Ya para qué, primo- dijo con una mueca que alguna vez fue sonrisa.

Me miró profundamente, sin decir nada, y se marchó.


DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2008 Rogger Alzamora Quijano

jueves, 8 de julio de 2010

LA ROCKOLA


Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Música por Gal Costa: Chega de saudade (Jobim-Moraes)


Chega, de saudade
a realidade, É que sem ela não há paz...



La tarde anterior, durante la sobremesa del almuerzo, mientras daban cuenta del vino tinto, escucharon cantar a Gal Costa. No tardaron en hablar de Tom Jobim y, como siempre, discreparon. Habían muchas buenas canciones del maestro como para elegir una sola, pero decidieron que Chega de Saudade sería su canción.
Regresaron a la oficina prometiéndose ir el fin de semana a cenar en el departamento de él, después de comprar el disco.
No puedo decir mucho de ella. Apenas la conocía. Era era menuda, feliz y de cabello negro alborotado.

Esa misma tarde él vino jugar billar con nosotros. Nos contó su historia con todo detalle y hasta tarareó la canción. Bebimos abundante cerveza. Cuando se fue a casa había empezado la madrugada del sábado. Nosotros nos quedamos una hora más.

La resaca me despertó de pronto. Sed, dolor de cabeza, sed, dolor de cabeza. No, no era la resaca solamente. Era el timbre de la puerta. Encendí la luz: siete y siete minutos. El silencio estaba perdiendo la batalla. La poca luz invernal y un frío viento súbito me terminaron por abofetear.
Otra vez el timbre. Me puse el sobretodo y salí. Tras el ojo mágico la deforme cara de Lorenzo me apuró.

Han pasado cinco años. Alguien en la rockola del café-bar ha hecho girar Chega de saudade. Mi amigo y su joven diosa de quien no recuerdo el nombre han regresado a mi memoria, otra vez cabalgados sobre ese frío tan suyo y tan repentino. Chega de Saudade trae consigo una sepia fotografía de ellos riéndose mientras se miran con absoluta pertenencia, libres ya de los tormentosos dilemas de la existencia humana, que por fuerza tuvimos que entender.


DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2007 Rogger Alzamora Quijano

sábado, 20 de marzo de 2010

KAIA



Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Cuando Kaia llegó, la tarde empezaba a delatarse. Odiosas ambas.

El mar soportaba sobre su lomo el aplastante sol y el furioso viento caliente. Por la mañana nos había tocado Melissani donde ganamos tanto dinero para una semana, contándoles a unos turistas argentinos historias de ninfas y delfines de las cuevas de Kefalonia, todas de inverosímil azul turquesa. Algunos parecían creernos, otros claramente se divertían con nuestras contradicciones. Nunca se dieron cuenta de que, en realidad, apenas estábamos ensayando la estratagema para nuestros futuros servicios de free tour guide donde sobre el final apelábamos a la compasión. Funcionó. Las propinas fueron generosas. Ya no tendríamos que ir a Agios Gerasimos.

Debimos irnos a bucear. Eso hacíamos cada vez que ganábamos dinero extra. Pero nos quedamos aparcados en la curva, alborozados, riendo de cualquier cosa, con cerveza en mano, mientras comíamos dolmadakias. En un momento, el vasco Julen recordó que debíamos ensayar la historia de Aqueloo y Ligeia, que aparecían en las noches a venerar a la luna nueva. Había que unificar criterios. No siempre tendríamos un grupo de turistas tan flexibles como estos argentinos. Pero estábamos demasiado felices para ensayar nada. Debimos irnos de ahí.

- ¡Hey!

La voz de Kaia quebró el viento.

Sus magníficos dientes y su piel tostada estaban a diez pasos de nosotros. Bajó de la bicicleta. Caminó resoplando mientras no dejaba de mirarnos. Su gruesa cabellera revoloteaba sobre su rostro. Kaia se apresuraba por quitársela de encima.

- ¿Alguien aquí sabe qué significa ética?

Julen se congeló. Yo me atoré.

Nos arrancó las acreditaciones y se fue.



DE: EL JUEGO DE LA VIDA © Rogger Alzamora Quijano

martes, 19 de enero de 2010

EL ZOO HUMANO DE FONTANARROSA



Escribe: Rogger Alzamora Quijano

“La flaca estuvo buena, siempre yo la miraba trotando adelante mío y decía "mamita si te agarro".Más la miraba y más me calentaba, me ponía al palo y eso que ella no me había dejado acercarme demasiado. Porque es grandota la guacha, algo desmañada te diría. Pero incluso eso, ese mismo asunto de moverse así, un poco torpe, un poco zanguanga ¿viste? ese trotar un poco de costado, era lo que más me venía loco…” (Fragmento de: “Sexo Explícito”, Roberto Fontanarrosa)

Leí Sexo Explícito de Fontanarrosa y quedé listo para lo demás.
Es imposible leerlo sin sentirse en sus cómics, pero también quedarse satisfecho. Siempre hay más y para todos los gustos. Al final se siente el vacío de haber llegado al final, pero eso no es irreversible. Fontanarrosa es de los que ponen el dedo en la llaga. Crea personajes cáusticos que nos despellejan con sutil ironía o despiadada burla. Siempre encuentra la forma de cuestionar, desmitificar, mofarse. Los que son creados sublimes, desposeídos, carentes, solitarios, nos arrastrando a solidarizarnos, a sentir ternura e identificarnos con ellos. Y quienes son ridiculizados también nos piden compasión, aunque tengamos que pasar el trago lentamente. Los lectores podemos vernos secreta pero fácilmente en Inodoro Pereyra, o en Ulpidio Vega, ser el pelotero soñador o el futbolista mágico. O las lectoras ser Rosita, la obrerita. Fontanarrosa provoca desdoblarnos en sus personajes, así cada lector es un alter ego, que puede verse en un espejo imaginario, descubriendo sus propios complejos.

-¿Sabés cómo sería un día perfecto? -dijo Hugo tocándose, pensativo, la punta
de la nariz. Pipo meneó la cabeza lentamente, sin mirarlo. Estaba abstraído observando
algo través de los ventanales.
-Suponete... -enunció Hugo entrecerrando algo los ojos, acomodándose
mecánicamente el bigote, corriendo un poco hacia el costado el sexteto de tazas de café
que se amontonaba sobre la mesa de nerolite-... que vos vas de viaje y llegás, ponele, a
una isla del Caribe. Qué sé yo, Martinica, ponele, Barbados, no sé... Saint Thomas.
-¿Martinica es una isla? -preguntó Pipo, aún sin mirarlo, hurgando con el
índice de su mano izquierda en su dentadura.
-Sí. Creo que sí. Martinica. La isla de Martinica.
Pipo aprobó con la cabeza y se estiró un poco más en la silla, las piernas por
debajo de la mesa, casi tocando la pared.
-Llegás a la isla... -prosiguió Hugo-... Solo ¿viste? Tenés que estar un día,
ponele. Un par de días. Entonces vas, llegás al hotel, un hotel de la gran puta, cinco
estrellas, subís a la habitación, dejás las cosas y bajás a la cafetería a tomar algo. Es de
mañana, vos llegaste en un avión bien temprano, entonces es media mañana. Bajás a
tomar algo.
-Un jugo -aportó Pipo, bostezando, pero al parecer algo más interesado.
-Un jugo. Un jugo de tamarindo, de piña...
-De guayaba, de guayaba -corrigió Pipo.
-De guayaba, de esas frutas raras que tienen por ahí. Calor. Hace calor. Vos
bajás, pantaloncito blanco livianón. Camisita. Zapatillitas.
-Deportivo.
-Deportivo.
-Tipo tennis.
-No. No. Ojo, pantaloncito blanco pero largo ¿eh? No short. No.

(Fragmento de “ El Mundo ha vivido equivocado”, Roberto Fontanarrosa)



Recomendado: “El mayor de mis defectos y otros cuentos