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sábado, 21 de noviembre de 2009

DÍA TRES



Mi deber no es seguirte todos los siglos para arrancarte un solo día.
Aprendí a cubrir mis carencias.
Ya no muerdo la derrota si pierdo la batalla.
Ahora regreso por mi revancha
aunque haya perdido tus indicios brizna y ceniza.
Tu fantasma se va con la niebla, sin tacto ni caricia.
No otorgo respuestas ni concesiones.
Un instante es demasiado e innecesario.



DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

domingo, 9 de agosto de 2009

A LA TARDE



De todas las tardes prefiero ésta porque te tengo.
El sol ahorca la neblina y me deja verte.
Me has dicho de tu amor piadoso,
me has hablado de la devoción y la entrega,
de lo que esperas y no tienes.
Te he mostrado mis heridas,
has tocado mi alma a voluntad,
has visto mi dolor y mis entrañas.
 
De todas las tardes prefiero ésta porque te tengo
jugando con tus dedos mientras los miras.
 
 
Tu pierna causa estragos en un equinoccio que no conoces
en los tiempos del desparpajo que hoy propones.
 
Prefiero esta tarde sobre todas las demás
porque absolutamente te tengo.



DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

sábado, 18 de julio de 2009

A LA COSTUMBRE


Tu música no se fue y las tardes no han muerto.
Mi memoria no renuncia.
La calle que había entre nosotros ha ganado longitud
pero he renunciado a la renuncia.
 
Puedo vivir y morir nocturno.
Soy también una cobardía llena de coartadas.
Invectivas, odios, manías y orgullo,
pero también tenacidad.
Puedo vivir mi propio soliloquio.
Mi perniciosa devoción.
 



DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

sábado, 11 de julio de 2009

LA RUTINA

Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Poner en un cubilete la existencia y echarla a la suerte. Eso parece, pero no. Es mucho más complicado.
Lo que llamamos destino son en realidad vericuetos y estratagemas que encarecen, complican y maravillan con sus extrañas sincronías que confluyen armoniosamente.
Lo inesperado irrumpe en nuestras vidas para que todo parezca repetirse. La rutina es en verdad un aparente calco de sucesos parecidos, uno tras otro, cada día, cada noche. No hay tal. No nos percatamos de invisibles alteraciones que terminan cambiando dramáticamente las consecuencias. Cada día es un triunfo sobre el azar. Los engranajes deberán funcionar perfectamente antes de que cerremos los ojos sobre la almohada. Pequeños milagros pasan desapercibidos ante nuestros ojos y conforman nuestra cotidianidad.
Por eso, cuando empezamos diciendo "buenos días", no imaginamos que tal vez nos espera un pésimo día. No hay manera de sospechar lo que nos aguarda a la vuelta de la esquina, al final de una risotada o del duchazo matutino.

Derechos Reservados Copyright © 2009 de Rogger Alzamora Quijano

jueves, 28 de mayo de 2009

AL REENCUENTRO



Que volvieras repleta de esa altivez que todo lo abarca.
Que me reconocieras tan mal después de cinco años (luz).
Que no acataras mi celada ni mi beso.
Que te negaras a mi constrictor abrazo.
Que atravesaras los quince metros del pasado
y asestaras la mortal noticia,
no hizo más que atizar mi fuego.
Así acabó tu garabato que quiso ser repudio.
 
Ya estás sobre mi vida ruinosa, como el ojo del sol.
Soslayándome infamias apatías deserciones.
Estás aquí fruta celeste, celebración del amanecer.
 
Sin la monserga del odio, sin el tapiz del olvido.
Sin tu garabato que quiso ser repudio.
 
El amor congeló tus pretextos y demolió tu talante.
Voy a envolver tu escueto contorno
con mi gratitud sobre tu perdón sin olvido.
 
 

DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

domingo, 3 de mayo de 2009

LA DEUDA DEL PERÚ CON OSCAR AVILÉS



Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Si hay un guitarrista que representa la música criolla del Perú ese es, sin duda, Oscar Avilés. Cambió para siempre la percepción monótona del vals peruano que se había encasillado en el “tundete”. Le dio fribra y sentimiento basándose en el elaborado uso de los tiempos y silencios. Su trepidante ritmo le imprime a cada uno de sus arreglos un sello particular que ha conquistado generaciones y le da a nuestra música costeña el notable nivel que Chabuca Granda, Felipe Pinglo y varios de los más eximios cultores criollos hubiera querido, como complemento invaluable de sus composiciones. Debemos a Oscar Avilés que nuestra música criolla se mantenga vigente.
El maestro Oscar Avilés recibió premios y condecoraciones nacionales y extranjeras del más alto nivel, haciendo justicia a su capacidad innovadora, calidad artística, aporte a la cultura, etc, etc. Sin embargo, a sus 85 años de edad debe continuar trabajando. Hace unos días, se lo vio visitando varios programas de televisión, junto al también mítico “Zambo” Cavero y a la mejor intérprete criolla que tenemos: Lucía de la Cruz. Promocionaba, dijo, unas presentaciones con los citados. Es decir, Oscar Avilés sigue trabajando. Como cualquier artista (él no lo es) debe promocionar sus presentaciones “peñeras” en la televisión y se expone inútilmente, en lugar de dedicarse a dictar conferencias magistrales, reconocer y aconsejar nuevos talentos o compartir su rica experiencia en programas de difusión de la música criolla peruana. Está desprotegido por el Estado Peruano. Y para ganarse el sustento debe seguir trabajando, a costa de su propio prestigio.

Me pregunto: ¿Algunos de los congresistas ha hecho los méritos de don Oscar Avilés? Ninguno de ellos, estoy seguro, puede mostrar lo que él: más de 70 años difundiendo cultura. Ningún político puede exhibir, como don Oscar, una impecable y honorable hoja de de vida. Y ninguno puede decir que merece una retribución del Estado. Pero como el Estado no le reconoce su verdadero valor, nuestro eximio guitarrista, ejemplar patriota y destacado músico tiene que seguir exponiéndose públicamente en peñas y programas de televisión de dudosa calidad.

Los que no podemos ver impasibles el maltrato a don Oscar Avilés, tenemos que exigirle al Estado Peruano un sueldo equivalente al de congresista, más todos los beneficios que estos gozan, para Don Oscar Avilés, quien ha dado toda una vida por la cultura peruana. Que no sólo sean condecoraciones, sino retribuciones, porque el país debe retribuirle pecuniariamente por lo que "La Primera Guitarra del Perú" ha dado a la consolidación de nuestra identidad peruana. Que pueda tener una vida digna, acorde con su altísimo nivel, calidad, ingenio y talento. Como un acto de justicia, pero también para que los jóvenes puedan seguir sus huellas, sabiendo que al final de sus vidas tendrán el reconocimiento nacional y una vida más que decorosa y lejos de carencias materiales.

Aunque se dirá que esto es pedirle "peras al olmo", es un deber de conciencia que no puedo callar.

Aquí una clase magistral del maestro:



Y esta es una inigualable interpretación del maestro, cuando formaba parte de Los Morochucos. Prestar atención a la primera guitarra, profundamente emotiva. Así tocaba el maestro Oscar Avilés. Por eso es "La Primera Guitarra del Perú".

domingo, 26 de abril de 2009

POEMA 23, AL FINAL




Ya no.
Mil y un veces no.
No a nada.
No a todo.
El humo cubrirá la esencia,
la luz la tormenta y plenamente
el pasado antiguo será preferible al reciente.

No lo vale.
No vale que revuelva los trastos.
Nada que se recuerde,
nada que se extrañe.
Mil y un veces no.
Ya no.
A salvo
de la diatriba, encauzo la ruta.
Timón, viraje radical, plena promesa al horizonte.
Sin retorno, como son los viajes de aventura.
Sin mirar las huellas, sin tantear el camino.
Sólo adelante.
Placer al cubo, alegría perenne.
No al castigo.
Ya no.
Mil veces
no.



DE: 40 POEMAS Y OTROS TANTOS DESMANES © 2009 Rogger Alzamora Quijano

miércoles, 15 de abril de 2009

A LA CELEBRACIÓN



Viniste a posarte sobre una hoja de mi cuerpo
Gota dulce y pesada como el sol sobre nuestras vidas

Emilio Adolfo Westphalen - Viniste a posarte


Tu mirada perpendicular y abrasadora
ha dulcificado el ubérrimo crepúsculo en mis ojos
Tus uñas sobre mi espalda
tus dientes mordiendo mis hombros
nuestras lenguas candentes la esquizofrenia
Luego la calma
bocanadas de silencio
 
Puedo vivir imaginando
 



DEL LIBRO: versos conversos Derechos Reservados © 2008 Rogger Alzamora Quijano

domingo, 29 de marzo de 2009

A LA RUPTURA



Tu otra mano borró lo que hizo la izquierda.
Ya no hay algodón ni cielo en mis ojos bobos.
No hay miel ni frutas en mis labios torpes.
No hay luz ya no hay paz ya no hay más.
Ni cuadrante ni círculo ni teorema.
Ni abrigo ni calma ni consuelo en mis brutas palabras.
 
Mi otra mano trazó el tristango.
El bandoneón no volvió atrás
ágil y enrevesado taciturno como es.
Volando cual pluma de espuma olvido.



DE: versos conversos Derechos rservados © 2004 Rogger Alzamora Quijano

sábado, 21 de marzo de 2009

ATARDECER DEL CINCO DE MAYO



El atardecer del cinco de mayo vio el último brillo de la moneda: un trozo de hombre. Vano valor y quizá maldad. Miseria empozada. Larga.
Brecha obscura donde lo infinito parece cercano.
Ya no llovieron las mágicas risas. Todo se tiñó de arenal y desierto,
La niñez de mucho color se hizo pálida. La música fue partida por el silencio.
El espasmo mató la digestión.
El atardecer del cinco de mayo.
Buscar piedras en la orilla no es buscar la orilla. El horizonte a veces es el poniente. La confusión certeza. Y viceversa. El atardecer del cinco de mayo, un día después de haber desenfundado su esperanza, caía víctima de sus propios afectos.
Pero la conciencia súbita del último instante le trajo guirnaldas que coronaron su osadía. El terco golpeteo de su insistencia le valió el postrero premio que se llevan sólo los combatientes que no le temen al ridículo y desafían permanentemente la ley de la gravedad.

Desde entonces no quedó más que la aurora.
También exhausta.
Que duró hasta que hubo que emprender el viaje sorpresivo, dejando en bandeja la cabeza decapitada de la esperanza, pero llevándose el trofeo intangible y definitivo: pudo sentir finalmente el abrazo de su hijo.


DE: EL JUEGO DE LA VIDA © 2009 Rogger Alzamora Quijano

viernes, 13 de marzo de 2009

BLANCA VARELA NO HA MUERTO



Escribe: Rogger Alzamora Quijano

Como quien pinta un cielo rebosante en plato vacío, Blanca Varela ha partido con una sonrisa.
Blanca no ha muerto, la muerte no podrá con ella. Cada día, cada verso, la llevará a caminar por el espíritu que ella misma cultivó por nosotros. Blanca Varela se ha ido a paso lento. Se ha marchado sólo para dejarnos un camino lleno de letras, de versos, de exquisita percepción de la poesía. Oler lo ya vivido, oler lo ya escrito, morder el magro trozo de celeste cerdo y quedar la sustancia de la palabra en el plato.
Blanca, no ha muerto, se ha ido lentamente como vino, pero ahora lleva equipaje..
Bate sus alas y desaparece.

Curriculum vitae

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.

miércoles, 11 de marzo de 2009

A LA AUSENCIA



Como la canción azul que brotó de madrugada.
Como la tos que sonó a melodía.
Como la mirada que buscó sustento.
Como la canción azul que encontró el viento.
Moribundas negras tiempo escaso.
 
Como la tos en la guitarra.
Como la canción azul.
Como el candil de caótico brillo
en la vastedad del silencio.
 
Como la canción azul que brotó de madrugada.
 
Desparramada sobre la cama.
Intento inútil,
abrojos, grillos laxación y lamento.
Guitarra abandono pincel cobardía.
 
Como la canción azul que brotó de madrugada.
Necrosis del amor en la ventana.
Coloratura y ocho compases.
Coda buscando silencio cantata sin aliento.
Desprecio silencio minueto.
 
Como la canción azul que brotó de madrugada.
Efímero verde ópalo ausente voraz melodía sin armonía.
Atragantada de momentos y sensación del olvido.
Ausencia casto origen voz rota.
Papel blanco guitarra muda.
Pincel ausente.
Como la canción azul de un moribundo día.
 


DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

domingo, 8 de marzo de 2009

SOBRE VIVENCIA



Mientras me hacía renacer desde sus caderas y su risa
lo cierto se hizo duda, el abrazo distancia.
La maldición del tiempo comenzó a llover en sus ojos abismo,
inquinas y afrentas degollaron placidez y certezas.
El reloj se detuvo y legó sombra y estío.
 


DE: versos conversos Derechos Reservados © 2009 Rogger Alzamora Quijano

sábado, 7 de marzo de 2009

A LA PERTENENCIA




No conozco náusea adictiva como la mía.
No conozco la oquedad en mi memoria
ni la tristeza injusta ni la muerte absurda.
Ni una madeja para mi cometa,
ni un huerto para mi jubilación,
o una estrella para mi penumbra
sino este otoño contigo y sin ti.
 


DE: versos conversos Derechos Reservados © Rogger Alzamora Quijano

domingo, 22 de febrero de 2009

CONFERENCIA DE JORGE LUIS BORGES



Escribe: Rogger Alzamora Quijano


En Mayo de 1985, estando yo abstraído en problemas conceptuales en la poesía y mientras preparaba mi clase de Literatura -para que los avispados muchachos del aula no descubrieran en su joven profesor a un improvisado que por ese entonces andaba también sobre los terrenos de un amor injustificadamente correspondido- me encontré con un artículo que a su vez reproducía la conferencia magistral dictada por Jorge Luis Borges en Nueva Orleans. Días después, como una sutil coincidencia, escuché otra versión en Radio Solarmonía, la cual grabé en una cinta de audio, solamente para que luego de unos meses me fuera robada.
El objeto de mi amor se fue. Entonces, leer y escuchar al inspirador maestro fue mi Caballo de Troya con el que enfrenté la soledad.
Aquí el texto.


Señoras, señores:
He consagrado mi vida a la literatura. Es decir, a leer, a disfrutar, a meditar, a sentir, a ser feliz, a comprender, a tratar de comprender y cosechar líneas y, finalmente, a ponerlas por escrito y eventualmente publicarlas.
Mi amigo y maestro Alfonso Reyes me dijo una vez: "Publicamos nuestro libros para librarnos de ellos, para no pasar el resto de nuestras vidas corrigiendo borradores". Eso es cierto. Pero cuando publico un libro lo dejo abrirse paso. Nunca he leído un solo comentario sobre nada mío. Afuera. Dejo que el libro siga su propio camino y, entonces, pueda ir hacia otro y quizá a mejor suerte. Por supuesto he leído libros de estética: he leído a los griegos, he intentado leer a los alemanes -no siempre con éxito- y, desde ya, leído y releído el edicto de Wordsworth sobre los valores de la Naturaleza -1798, claro-. Todo eso condujo a un específico libro de estética por Croce, que depara buena lectura pero a él no lo lleva demasiado lejos.
En el curso de mi vida he debido encarar varias teorías. Me referiré a una que refuté -si bien ahora no estoy tan seguro de que se haya tratado de una refutación, en cierta medida lo fue-. Lugones, en su famoso Prólogo al Lunario Sentimental, publicado en 1907, dijo que la metáfora es el elemento esencial de la poesía. Y mucha gente pensó lo mismo, al menos la de mi generación. Tengo entendido que los chinos en vez de hablar de "universo" lo llaman "Los Diez Mil Seres"; presumo que quieren decir los diez mil arquitectos, ya que hay más de 10.000 hombres o 10.000 perros o gatos en el mundo. Estos diez mil arquitectos deben de haber logrado una combinación riquísima desde el momento en que se puede comparar cualquier cosa con cualquier otra y hasta incurrir en la atrocidad de Vicente Huidobro que descubrió en los vagones del ferrocarril las cuentas del rosario. Porque si se pudieran comparar los coches del tren con un rosario, la belleza exigiría violencia.
Por mi parte, también yo hice todo lo que pude para combinar, o sea, para provocar nuevas metáforas; y después de un tiempo sentí que quizá sólo había unas pocas metáforas esenciales.
Pensé que al margen de las que provienen de meras combinaciones de palabras tal vez sólo hubiera, digamos, cuatro o cinco metáforas -vínculos- esenciales.
De ellas, la primera sería, por supuesto, el tiempo y el río. Creo que ése era el título de una novela. Lo cierto es que basta con leerlo: se lee "el tiempo y el río" y uno siente que tiempo y río son esencialmente lo mismo. Cuando Heráclito dice que nadie baja dos veces al mismo río porque las aguas están cambiando, uno siente que él escribió esta línea para que sienta no solamente que el agua está cambiando, sino que uno está cambiando. Uno es el río. De modo que -pienso- esa metáfora esencial -tiempo y río- es una metáfora real, no un mero juego de palabras. Recuerdo una línea que Lord Tennyson escribió alrededor de 1850. Dice así "Time in flowing through the middle of the night" (El tiempo fluye en medio de la noche). Ahí pueden ustedes palpar las casas silenciosas, las ciudades dormidas y el tiempo fluyendo por su propio cauce sin que nadie lo advierta, excepto quizá Dios. ¡Qué placer! ¿Se dan cuenta? Esta es una de las metáforas esenciales: el tiempo y el río.
Y después tienen esta otra que para mí es recurrente. La idea de que la vida es sueño. Calderón escribió: "La vida es sueño", "Life is a dream". Viniendo de nosotros resulta bastante escueta, pero Shakespeare escribió: "We are such stuff/ as dreams are made on; and our little life/ is rounded with a sleep" (Estamos hechos de la misma materia de los sueños y un sueño sella nuestra exigua vida). Por supuesto, con "misma materia de los sueños", Shakespeare nos hace pensar en el hacedor de sueños, en "el tejedor de sueños". Siento que así se compagina una hermosa metáfora.
También hay otra que siempre emerge del parentesco del sueño con la muerte. En el Libro de los Reyes del Antiguo Testamento y a propósito del entierro de David se lee: "Y él durmió con sus padres". Todo el pasado se recobra "con sus padres", todas las generaciones pasadas. Otra verdadera metáfora o metáfora esencial sería la vinculación de ojos y estrellas. Existe un libro que se llama -no recuerdo el nombre del autor- Las estrellas miran hacia abajo. Uno piensa entonces en el desfile de las generaciones del hombre mientras esas estrellas indiferentes miran hacia abajo. Pero el mejor ejemplo lo encontramos en Chesterton. Dice "But I shall not be too old to see the enormous night arise, a cloud that is louder than the world, and the monster made of eyes" (Pero no seré demasiado viejo para ver la inmensa noche alzarse, una nube con más estruendo que el mundo, y el monstruo hecho de ojos). No lleno de ojos, como el monstruo en el Libro de las Revelaciones, sino hecho de ojos, y esto es realmente pavoroso.
También habría una verdadera metáfora, una metáfora esencial en el símil de mujeres con flores. Swinburne hace decir en una línea a la reina de Samotracia -una reina mítica y sin duda bella- lo siguiente: "God making roses made my face" (Dios, haciendo rosas, hizo mi cara). Ahí uno siente la belleza al mismo tiempo que la fragilidad, porque se piensa en rosas, en rosas abiertas que después pasan nada más.
De modo que pensé -dije para mí- sólo hay unas pocas metáforas esenciales, el resto consiste en destrezas, en juegos de palabras que van y vienen.
Mucho después descubrí metáforas, espléndidas metáforas que no calzarían en aquellos moldes y que me gustaría comentar con ustedes. Por ejemplo, cuando Shakespeare escribió: "The music, the food of love" (La música, el alimento del amor), siendo diferente de las otras metáforas nos parece sin embargo verdadera. También encontré una metáfora magnífica y venerable en el libro según creo de un hindú, cuya línea dice así: "Los Himalaya son la risa de Siva", las montañas terribles son la risa del terrible dios. Me pregunto si podemos ceñir esto a un molde. También descubrí en la poesía de un místico el verso siguiente: "La luna, espejo del tiempo". Uno piensa en la luna, esa cosa endeble y amarilla suspendida en el cielo y que rueda y rueda para siempre, y tiene ahí la luna endeble y el tiempo eterno.
Y, por supuesto, hay muchas frases, muchos versos que son magníficos y que no parecen realmente metáforas. Por ejemplo, cuando William Butler Yeats escribió: "That dolphin-torn, that gong-tormented sea" (ese mar desgarrado de delfines, ese mar atormentado de gongs), yo me pregunto si quiso decir algo. No lo creo. Aunque sería lo de menos... "That dolphin-torn, that gong-tormente sea" es en cierto modo mágico. En esta otra línea de su gran compatriota James Joyce: "Beside the rivering waters of" -pausa- "hither and thithering waters of" -pausa- "night" -pausa-, en esta línea quiero decir que uno dice "Beside the rivering waters of, hither and thithering waters of, night" y la luz se va desvaneciendo. Uno debe hacer alto cuando dice "the rivering waters of, hither and thithering waters of". Tiene que ser dicho en inglés -hitherthithering-, en español es abstruso, quizá en alemán, "Hither and thithering waters of, night".
Hay, entonces, versos diferentes y que nos hacen sentir una magia. Por ejemplo éstos -si bien la idea es un lugar común, son espléndidos- que nos llegan de Shakespeare: "Music to hear, why hear´st thou music sadly?". Ahora viene el martilleo, aunque "martillo" es una palabra demasiado dura, viene el hechizo, la música."Music to hear, why hear'st thou music sadly?/ Sweets with sweets war not, joy delights in joy" (Si eres música al oído, ¿por qué la música te entristece?/ Entre amantes no hay discordia, el goce goza en el goce). Para mí son magia pura.
Ahora bien, volviendo a lo que dije al comenzar, Lugones pensó que la metáfora era esencial para la poesía y, sin embargo, hasta donde yo sé, no se encuentran metáforas -o apenas una insinuación y nunca la metáfora declarada- en la poesía china y en la japonesa. No hay metáforas, según recuerdo, mientras que en el caso del inglés antiguo, por ejemplo, la poesía está hecha de metáforas. Así, cuando llaman al mar "la ruta de la ballena", la vastedad de la ballena sugiere la vastedad del mar; y al mismo tiempo, en contraste, cuando lo llaman (al mar) "camino del cisne", en un cisne infatigable dan la extensión del mar propiamente dicho.
Todo cuanto hemos hablado nos lleva a un hecho harto evidente, el hecho de que la poesía es tan misteriosa como la música y que intentar descifrarla nos enredará en nuevos juegos de música y de palabras.
Muchas gracias.

viernes, 13 de febrero de 2009

A LA SOLEDAD



Y no hubo quien en la oscuridad le alumbrara
con una súplica entrecortada.
Alguien que aplastara con su dedo el silencio hormiga.
Quien lejos o cerca fuese sustento regazo abrazo ternura.
 
Solo, sentado a la luz de la nada.
Con miles de kilos de culpas. Desposeído.
Como quien no existe a los ojos ni lleva sombra.
Como una pluma que no sabe de viento.
Solo. Sin tacto sin pies y sin pasos.
Sin dedos sin pelos sin llanto.
Rendido y solo.



DE: versos conversos Derechos reservados Copyright © 2009 Rogger Alzamora Quijano

domingo, 1 de febrero de 2009

DÍA TRECE




No espero diosa de blanca sombra verde mirada y caro desdén,
no añoro tu piel muñeca porcelana.
Por fin soy libre hoy que te vi, del sueño que me poseía,
de mi servil entrega que vendí por tus mieles fantasía.
No importa la tormenta, me digo,
y aunque lo supe a destiempo
fui rescatando piel, libros, arena, brisa y prisa,
transpiración, calma, pan y plan, música y paz,
y matando limpiamente tus olores profanos.

Todavía debo arrepentirme con culpas reincidentes
al haber optado por tus carnes, sabrosa diosa herrumbre
bisutería, visón pacotilla.
Comienzo cortando la mentira, ojos verde-mezquino.
No importa la tormenta sino quedar vivo.




DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2007 Rogger Alzamora Quijano

miércoles, 7 de enero de 2009

A LA PÉRDIDA


El viento que hoy nos envuelve ya no abriga.
Estamos cerca y nos nos reconocemos.
Nos mirarnos y no lo sabemos.
No buscamos estrellas. No pedimos nada.
 
Encontramos Canopus al mismo tiempo.
El horizonte que todo lo une.
Las montañas abrazadas con el sol.
Todo va junto. No nosotros.
 
Perdimos palabras cabello tacto pacto.
Quedan promesas que no convencen,
 
brújulas sin norte, esdrújulas sin acento
pantallas sin reflejo.
 
El viento no refresca. Raspa rae carcome.
Mano amarillo sin brillo.
Una estrella de silencio
Una estrella sin celeste.
 
En el agua ondas desconsuelo.
Oscuridad molino sin viento recuerdo sin tacto.
Verbo sin sujeto.
Todos van juntos. No nosotros.



DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2009 Rogger Alzamora Quijano

lunes, 5 de enero de 2009

A LA DERROTA



Asedia el tiempo y no renuncia
La cena final renueva la sanción
La longeva mano del adiós duele
Sonrisa mueca rictus mohín
Batalla con la lágrima y pierde
Los ojos y la lengua hoy muerden

El cadalso contiene mi cabeza
Ni pienso ni luego existo
No soy ni quiero ser
Confluyen tu desdén y mi arrogancia
En la esquina fortuita

Esquiva tu mirada suplica mi espera
Asedia el tiempo
La luz se traga el silencio
La noche el sueño
La esquina se pudre de olvido
Asedia el tiempo
No más intento




DE: versos conversos Derechos Reservados Copyright © 2007 Rogger Alzamora Quijano